Gestión de alquiler vacacional en Tarragona

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El pintoresco barrio marinero de Tarragona, cercano a uno de los puertos marítimos más relevantes del Mediterráneo, exhibe una animada actividad gastronómica, cultural, asociativa y económica centrada, principalmente, en la pesca y el mar desde tiempos remotos. Los encantos de tradición, culinaria y cultura auténticas, reconocidos por el Departamento de Empresa y Conocimiento y por la Agència Catalana de Turisme, le han conferido la distinción de barrio marinero entre los Barrios y Villas Marineras de Cataluña. El barrio marinero de Tarragona, conocido como el Serrallo, se ha erigido en un punto de referencia gracias a la oferta gastronómica que exhibe y su ubicación privilegiada, junto al mar. La actividad comercial del barrio arrastra una trayectoria casi centenaria. Padres, hijos y nietos de pescadores han seguido la tradición profesional de sus ancestros para preservar la esencia marinera serrallense en sus restaurantes y establecimientos comerciales.

El célebre Pont del Diable representa únicamente una parte de una extensa canalización diseñada para llevar agua a la ciudad desde el río Francolí. El agua se capturaba en la zona del Rourell, a 92 metros sobre el nivel del mar, y se conducía a lo largo de más de diez kilómetros mediante distintas canalizaciones y acueductos de diversas dimensiones. El tramo conocido como "la partida" o de las Ferreres, tiene una longitud de unos 217 metros, una altura máxima de 27 metros y un ancho de casi 2 metros. La hilada superior consta de 25 arcos, mientras que la inferior cuenta con 11 arcos y una luz de 5,90 metros. Esta construcción, levantada en el siglo I, utiliza grandes sillares colocados sin argamasa, formando una doble hilera de arcadas.

La Catedral de Tarragona, dedicada a Santa Tecla, se encuentra aproximadamente en el mismo lugar donde se ubicaba el templo romano. El Foro provincial, sede de la Administración pública de la provincia Tarraconense en el siglo I, se estructuraba en dos plazas a diferentes alturas. La plaza superior, destinada al culto, estaba rodeada por un pórtico del cual aún se conservan notables vestigios en el claustro de la Catedral. En posición axial se erigía un aula que ha sido identificada como la celda de un magnífico templo dedicado al emperador. La construcción de la Catedral comenzó en el siglo XII en estilo románico, continuó en estilo gótico y fue consagrada en 1331.

El Balcón del Mediterráneo se sitúa al final de la Rambla Nova, a unos 40 metros sobre el nivel del mar, y ofrece una vista privilegiada del Mare Nostrum, el puerto de Tarragona, la playa del Miracle y el anfiteatro. Es un lugar muy querido por los tarraconenses, donde confluyen aquellos que pasean y desean "tocar ferro" (tocar hierro). La baranda del balcón tiene una forma inconfundible y se dice que trae buena suerte a quienes la tocan.

Desde su fundación, el comercio ha sido un sector importante en la economía de Tarragona. En los últimos años, el comercio mayorista ha experimentado un impulso significativo, tanto por la presencia de cadenas comerciales externas a la ciudad como por la organización y renovación de la oferta auténticamente tarraconense. La gran ventaja que ofrece Tarragona es la posibilidad de realizar compras a pie, recorriendo las diferentes zonas peatonales o la Rambla Nova, la arteria principal de la ciudad que se extiende desde la concurrida plaza Imperial Tárraco, el principal punto de encuentro vial de la ciudad, hasta el Balcón del Mediterráneo. A lo largo de la Rambla Nova y las calles adyacentes, se pueden encontrar acogedores comercios locales con una amplia variedad de tiendas y servicios. Bancos, joyerías y una amplia gama de tiendas tradicionales que venden moda, calzado, accesorios, etc. En el casco antiguo (Part Alta), en un entorno muy adecuado, algunos establecimientos conservan restos históricos en su interior, siendo muchos de ellos anticuarios. Además, se pueden encontrar joyerías de diseño excepcional y maestros reconocidos en el arte de trabajar con materiales preciosos.

Otro de los grandes atractivos para los visitantes se encuentra en los 15 kilómetros de costa que dan origen a las playas y hermosas calas de aguas cristalinas y de fácil acceso.

Las playas de Tarragona se distinguen por su arena fina y dorada, que ha dado nombre a la Costa Daurada. La arena es suave, delicada y se adapta al cuerpo al tomar el sol con una simple toalla para evitar que se adhiera a la piel. En caso de que eso suceda, basta con esperar a que se seque, ya que la arena caerá por sí sola, aunque la mayoría de las playas cuentan con duchas para refrescarse.