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Bienvenido a Sant Pere de Ribes, un encantador municipio ubicado en la región central del distrito, en las colinas del sur del macizo del Garraf y a los pies del monte Montgròs. Su pintoresca llanura agrícola, con el cultivo principal de la vid, se destaca como uno de los aspectos paisajísticos más importantes de la zona. Además, el municipio cuenta con un rico y abundante patrimonio arquitectónico que vale la pena explorar.
Tu visita a Sant Pere de Ribes puede comenzar con la entrada al Parque Natural del Garraf, que se inicia explorando el núcleo original del pueblo: Bajo-costas. Este antiguo pueblo se formó alrededor del histórico Castillo de Ribes (también conocido como Castillo de Benlloch), que ha sido registrado desde el año 990. El castillo fue una fortificación que protegía el paso entre la montaña y el mar durante la época de la Marca, la frontera siempre delicada y cambiante entre los dominios islámicos y cristianos. Uno de los aspectos más destacados del castillo es su torre redonda. Aunque está habitado en la actualidad, se pueden organizar visitas en días específicos del mes a través de la Oficina de Turismo. Junto al castillo se encuentra la antigua iglesia de San Pedro, de tres naves, con imponentes contrafuertes exteriores para su apoyo y un campanario de base cuadrada con arcos de medio punto. Su origen se remonta al siglo X, como una iglesia prerrománica, y su estructura actual fue acordada en 1663 después de la Guerra de Separación. Esta iglesia se construyó en doce años utilizando los recursos del pueblo y se utilizó como iglesia parroquial hasta 1910. Vale la pena destacar el llamado portal de las Almas, del siglo XIV, que proviene del antiguo templo. Rodeado de acantilados y pinos dispersos, este conjunto arquitectónico se complementa con la Casa del Término (s. XV), la antigua sede del ayuntamiento que ahora alberga la oficina de turismo, y el puente de la Palanca, que cuenta con un pino centenario declarado árbol monumental.
Continuando tu recorrido, te recomendamos caminar por la calle Mayor hasta llegar al cruce con la calle del Doctor Marañón, donde se encuentra el impresionante Redós de San José y San Pedro. Este edificio modernista, construido en 1901 con fondos de inversionistas "americanos", fue destinado a ser un hospital y asilo. Ocupa una manzana entera de casas y destaca por su hermoso claustro, capilla, torre almenada y jardín. Siguiendo por la calle Mayor, llegarás a la encantadora plaza de la Font, donde encontrarás una fuente modernista que conmemora el suministro de agua canalizada en 1906. Cerca de allí, está la plaza de la Villa, que alberga dos edificios emblemáticos: la casa de la Villa, de estilo ecléctico y que ha experimentado varias reformas a lo largo de los años, siendo la más radical en 1893, y can Quima, un edificio modernista de viviendas multifamiliares de principios del siglo XX. Desde esta plaza, puedes tomar la calle Mossèn Andreu Malga para llegar a la encantadora Ermita de Sant Pau, ubicada cerca de una antigua villa romana. Rodeada de viñedos, esta ermita del siglo XVIII está dedicada a Sant Pau Apóstol, copatrón de Ribes. Aunque la primera información conocida sobre la ermita se remonta al siglo XV, estudios arqueológicos indican que ya existía un espacio sagrado desde la época romana. En 1845, la ermita y sus tierras fueron declaradas propiedad municipal, evitando su paso a manos privadas. Lamentablemente, durante la guerra civil en 1936, todo el contenido interior de la ermita fue destruido. Sin embargo, después de la guerra, dos retablos que lograron salvarse de la antigua iglesia regresaron a la ermita. Cabe destacar que cada 25 de enero se celebra la Festa Major de Sant Pau, una tradición documentada desde el siglo XVIII que merece la pena presenciar.
Finalmente, no puedes dejar de visitar el Castillo de Ribes, uno de los edificios históricos más importantes de Sant Pere de Ribes, clasificado como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) desde 1949. Este castillo representa el origen mítico de la población, documentado en el año 990 como el castillo de Bell-lloc o de Ribes. A lo largo de los siglos, el castillo ha pasado por diferentes manos, desde señores feudales hasta poderes eclesiásticos, hasta que finalmente en 1620 fue cedido al municipio. Durante la primera parte del siglo XX y hasta el final de la guerra civil, la torre del castillo tuvo diversos usos, incluso como prisión, y aún se pueden apreciar algunos grafitis hechos por prisioneros anónimos. No pierdas la oportunidad de explorar este fascinante castillo y sumergirte en la historia de la región.
Sant Pere de Ribes te espera con sus encantos paisajísticos, su arquitectura histórica y su rica herencia cultural. ¡Disfruta de tu visita y explora todo lo que este hermoso municipio tiene para ofrecer!