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El Masnou, un encantador municipio situado en la costa catalana, es un destino turístico que ofrece una rica combinación de historia, arquitectura y belleza natural. Su núcleo originario se desarrolló alrededor de la histórica iglesia de Sant Pere, situada entre los cerros de la Mesquita y la Roca de Xeix. La orografía del terreno, caracterizada por sus fuertes desniveles, ha dejado una huella profunda en el urbanismo del municipio, modelando sus calles y edificios de manera única.
Un paseo por las pintorescas calles de Sant Pere y Sant Francesc d'Assis, junto con su prolongación, el doctor Jaume Curell i Sampera (anteriormente conocida como la calle de la Ginesta), nos transporta a la antigua trama urbana de El Masnou. Estas calles paralelas a la costa, con sus edificios históricos y casas tradicionales, ofrecen un recorrido que evoca la conexión profunda entre el municipio y el mar Mediterráneo. En sus orígenes, estas casas no solo brindaban magníficas vistas al mar, sino que también reflejaban la importancia del comercio marítimo en el desarrollo de El Masnou.
Hoy en día, caminar por estas calles es una inmersión en el pasado marítimo de la localidad, donde cada rincón cuenta una historia del esplendor de épocas anteriores. La disposición del urbanismo y la preservación de la arquitectura histórica nos permiten entender mejor cómo la relación con el mar ha moldeado el carácter y la identidad del municipio a lo largo de los siglos.
Uno de los lugares destacados en El Masnou es Can Millet, la residencia particular de una distinguida estirpe de capitanes de barco, entre ellos el conocido José Martí Casals. A finales del siglo XIX, la familia Millet encargó la reforma de la casa al renombrado arquitecto Gaietà Buïgas i Monravà, conocido por sus trabajos emblemáticos como la Casa Benèfica y el Monumento a Colón en Barcelona. Esta intervención aportó a Can Millet una nueva dimensión artística y arquitectónica.
La fachada de Can Millet se destaca como una joya decorativa, con intrincados motivos florales y geométricos que enmarcan elegantemente las aberturas. Los esgrafiados de guirnaldas que adornan la cornisa y la balaustrada calada añaden un toque de sofisticación al diseño. Estos elementos no solo realzan la estética del edificio, sino que también reflejan la maestría de Buïgas en la combinación de funcionalidad y ornamento.
Además de su impresionante fachada, frente a la casa se encuentra un encantador patio ajardinado. Este espacio verde, cuidadosamente diseñado, ofrece un lugar de relajación y contemplación que complementa la majestuosidad de la residencia. El patio, con su cuidado paisajismo, invita a los visitantes a disfrutar de un ambiente tranquilo en medio del bullicio urbano, haciendo de Can Millet una visita obligada para los amantes de la arquitectura y la historia.
La plaza de la Llibertat es un lugar emblemático en El Masnou, cargado de historia y significado. Su relevancia se remonta a los movimientos políticos y sociales que surgieron tras las revoluciones burguesas de septiembre de 1868. Desde principios del siglo XX, la plaza ha sido el escenario de numerosos actos culturales y sociales, como bailes de sardanas, mítines políticos y otros eventos importantes para la comunidad local. La plaza sigue siendo un punto de encuentro vibrante, reflejo de la vida social y cultural del municipio.
Otro punto de interés es Can Fontanills, también conocido como Mas Vell, que conserva parte del edificio original. En los dinteles de puertas y ventanas se puede observar el escudo de la familia Fontanills, caracterizado por una fuente como símbolo. Este edificio del siglo XVII cuenta con una antigua torre de defensa de planta cuadrada, que añade un toque histórico y arquitectónico a la estructura. La presencia de esta torre destaca la importancia defensiva de la construcción en su época y ofrece a los visitantes una ventana al pasado medieval de la región.
El Casino es otro lugar relevante en el Masnou, convertido en el punto de encuentro de las clases acomodadas, especialmente de marinos y de la burguesía local y foránea. Este recinto, con una estructura jerarquizada, solía ser exclusivo para los socios, excepto durante el baile de Festa Major, al que se abría a la ciudadanía en general. En el Casino se celebraban diversos eventos, como bailes, conciertos, representaciones teatrales, óperas y veladas literarias, destacando las famosas verbenas de Santa Rosa. Hoy en día, el Casino es una entidad privada que sigue manteniendo su carácter cultural y recreativo.
La Plaça d'Ocata, que en su origen albergaba uno de los mercados de la villa, ha evolucionado hasta convertirse en un espacio de encuentro y celebración de eventos sociales y culturales en el municipio. Este vibrante espacio se ha convertido en un centro neurálgico para la vida comunitaria, ofreciendo un lugar para diversas actividades y reuniones.
En esta plaza también se encuentran importantes sitios históricos, como el acceso a las minas de agua Cresta y Malet, así como al refugio antiaéreo construido durante la Guerra Civil. Este refugio aprovechó las galerías subterráneas existentes, añadiendo una capa adicional de interés histórico a la plaza. La presencia de estas infraestructuras subterráneas no solo subraya la importancia estratégica de la zona en tiempos de conflicto, sino que también ofrece una fascinante visión de la historia local.
El Masnou es un lugar que ofrece una combinación perfecta de historia, arquitectura y espacios de encuentro. Sumergirse en su encanto y disfrutar de su riqueza cultural es una experiencia única para los visitantes.