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Sumérgete en un viaje fascinante por la encantadora ciudad de Elche, donde la historia y la belleza se entrelazan para ofrecerte una experiencia turística inolvidable.

Nuestro recorrido comienza en la majestuosa Basílica de Santa María, un tesoro arquitectónico que se alza sobre el lugar que alguna vez ocupó la principal mezquita durante la época musulmana. Tras la conquista de la ciudad por Jaume I en 1265, se tomó la decisión de erigir un templo católico sobre los cimientos de la antigua mezquita. Este nuevo edificio, con su estilo gótico y planta de cruz, reflejaba los ideales y la influencia de la época, y mantuvo su esplendor hasta 1492.

Al adentrarte en la basílica, te sorprenderá su imponente estructura en forma de cruz latina, una disposición que proporciona una sensación de grandeza y solemnidad. La amplia nave central, con sus altos techos y su iluminación natural, crea una atmósfera de calma y reverencia. A ambos lados de la nave, encontrarás cuatro capillas adornadas con contrafuertes perforados, elementos arquitectónicos que no solo añaden soporte estructural sino que también contribuyen a la estética del edificio.

En el crucero de la basílica, una gran cúpula revestida de tejas azules se eleva majestuosamente, añadiendo un elemento distintivo al perfil arquitectónico del edificio. Esta cúpula es una parte integral del escenario del Misteri d'Elx, una famosa representación teatral y religiosa que es un punto focal de la vida cultural de la región.

Al visitar la Basílica de Santa María, tendrás la oportunidad de apreciar la evolución de los estilos arquitectónicos a lo largo de los siglos. Desde los primeros intentos de superar la austeridad de las estructuras góticas hasta el esplendor del barroco decorativo que se manifiesta en la fachada de la Asunción, una de las joyas más deslumbrantes del barroco valenciano. Cada rincón del templo cuenta una historia de transformación y refinamiento, reflejando el cambio en las tendencias arquitectónicas y el compromiso continuo con la belleza y la funcionalidad.

Continuando nuestro viaje, llegamos al imponente Palacio de Altamira, una edificación cargada de historia y profundo significado para los habitantes de Elche. Este majestuoso palacio, también conocido como el alcázar de la Señoría, ha desempeñado diversos roles a lo largo de los siglos, desde su origen como una fábrica textil hasta su uso ocasional como prisión en tiempos posteriores.

El Palacio de Altamira ha experimentado un notable proceso de rehabilitación que ha devuelto su esplendor y lo ha consolidado como una de las fortalezas mejor conservadas de la provincia de Alicante. Su restauración ha puesto de relieve su importancia histórica y arquitectónica, convirtiéndolo en un monumento emblemático para la ciudad de Elche. Desde el siglo XV hasta el XIX, el palacio fue la residencia de los señores de Elche, un testimonio de su estatus y poder en la región.

En su torre del Homenaje, se alojaron destacados monarcas como Jaime II, Pedro IV y los Reyes Católicos durante sus estancias en la villa, lo que añade una capa adicional de prestigio a este histórico edificio. La torre, con su robusta estructura y su diseño imponente, es un recordatorio tangible del papel central que el palacio jugó en la historia local.

Además, el Palacio de Altamira sirvió como sede del Consejo General de la ciudad hasta el siglo XV, un centro vital de la administración local y un punto focal en la vida política de Elche. Al recorrer este palacio, tendrás la oportunidad de sumergirte en el pasado glorioso de Elche, explorando sus espacios históricos y apreciando la riqueza de su herencia cultural. Cada rincón del palacio ofrece una ventana a la importancia histórica de la ciudad y a la vida de sus antiguos residentes.

Nuestro siguiente destino nos lleva a la imponente Torre de la Calahorra, una estructura integrada en la antigua muralla de la ciudad. Aunque un terremoto en 1829 provocó la pérdida de diez metros de su altura original de 25 metros, esta torre construida a finales del siglo XIII sigue siendo un testimonio imponente del pasado. La Torre de la Calahorra, junto con otra torre más pequeña ubicada enfrente, custodiaba la puerta más importante de la villa amurallada, la Lucentina, que daba acceso al camino de Alicante. A lo largo de los siglos XV y XVI, se añadió una casa señorial extramuros, aprovechando el antiguo almudín (almacén de grano) de la época. Esta construcción prismática de planta rectangular se ensancha en su base para garantizar su estabilidad. Aunque su altura actual es de 15 metros, originalmente superaba los 25 metros. A pesar del deterioro y los daños causados por el terremoto de 1829, la torre ha sido objeto de numerosas reformas a lo largo del tiempo, como las ventanas de estilo neóarabe en el lado occidental y el remate almenado de ladrillo del siglo XIX. Algunas de sus salas albergan frescos del siglo XX que representan panorámicas de la ciudad. En la planta baja, una sala adornada con motivos egipcios y masónicos, ha sido durante mucho tiempo el lugar de reunión de la logia fundada en Elche en 1878.

Avanzamos hacia el antiguo Convento de la Merced, un lugar fascinante que ofrece una combinación única de estilos arquitectónicos y construcciones históricas. Aunque el convento ha sido testigo de numerosos cambios a lo largo de los siglos, aún conserva elementos emblemáticos como la torre de la esquina y restos del atrio, que brindan un vistazo a su pasado histórico.

El Convento de la Merced ha pasado por una serie de transformaciones y restauraciones a lo largo de los años, debido en parte a los desafíos que ha enfrentado, incluyendo daños provocados por terremotos, saqueos y la destrucción de valiosas obras de arte durante el turbulento periodo de 1936. A pesar de estos desafíos, el antiguo convento ha renacido con un nuevo propósito y se ha convertido en el Centro Cultural Las Clarisas, un espacio vibrante y dinámico que celebra la cultura y las artes.

Hoy en día, las puertas del Centro Cultural Las Clarisas están abiertas a los visitantes, ofreciendo un escenario versátil para una amplia gama de eventos culturales a lo largo del año. Los visitantes pueden disfrutar de conferencias inspiradoras, exposiciones artísticas cautivadoras, representaciones teatrales y conciertos de música clásica, todo mientras se maravilla con la belleza y la historia de este convento que ha sobrevivido a la prueba del tiempo.

La reinvención del Convento de la Merced como centro cultural no solo preserva su rica herencia histórica, sino que también le da nueva vida como un importante centro de actividades culturales y artísticas. Cada rincón del convento cuenta una historia de resiliencia y adaptación, haciendo de cada visita una experiencia enriquecedora tanto en términos históricos como culturales.

Finalmente, nuestra travesía nos lleva a la playa de Els Arenals del Sol, un paraíso costero apreciado por su arena fina y blanca que se extiende a lo largo de casi tres kilómetros. La calidad de sus aguas, la riqueza de sus fondos marinos y la presencia de dunas embrionarias, móviles, semifijas e incluso fósiles hacen de esta playa una joya en la costa alicantina. Además, está conectada al paraje natural del Clot de Galvany, un humedal situado entre Els Arenales del Sol (Elche) y Gran Alacant (en el término municipal de Santa Pola). A solo 5 km del Aeropuerto Internacional Alicante-Elche y a 16 km de Elche, este oasis de tranquilidad te invita a relajarte y disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión.

Elche te espera con sus maravillosos tesoros históricos, su encanto arquitectónico y sus impresionantes paisajes naturales. ¡Embárcate en esta aventura y déjate cautivar por el legado cultural y la belleza de esta ciudad mediterránea!