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En lo alto de Calpe, se alza majestuosamente el imponente Peñón de Ifach, uno de los tesoros naturales más destacados de la región valenciana. Este Parque Natural, declarado como tal en 1987, es una maravilla de la naturaleza que atrae a miles de visitantes cada año. Con sus aproximadamente 50.000 metros cuadrados y una altura de 332 metros, el Peñón de Ifach domina el paisaje costero, conectado a la tierra firme por un estrecho istmo que parece surgir del mar. Este gigante de roca calcárea, visible desde muchos kilómetros de distancia, es sin duda uno de los accidentes geográficos más singulares y hermosos de todo el litoral mediterráneo.
Subir al Peñón de Ifach es una de las experiencias más memorables que se pueden vivir en la Costa Blanca. La ruta que lleva hasta la cima, aunque desafiante en algunos tramos, recompensa a los senderistas con vistas panorámicas espectaculares de la ciudad de Calpe, las aguas azul turquesa del Mediterráneo y los paisajes circundantes. Desde la cumbre, la perspectiva es simplemente impresionante: el horizonte se extiende hasta donde alcanza la vista, y en los días despejados, se puede divisar la isla de Ibiza en la distancia. Es un lugar que invita a la contemplación y a la conexión profunda con la naturaleza.
El Peñón de Ifach no solo es un destino ideal para los amantes del senderismo y la aventura, sino también para aquellos interesados en la flora y fauna locales. Este macizo calcáreo alberga una rica biodiversidad, con especies botánicas únicas que han encontrado en sus escarpadas laderas un refugio ideal. Entre las plantas más notables se encuentran la silene de Ifach, una planta endémica y muy rara, el tomillo, la escabiosa de roca y la herradura valenciana. Estas especies, junto con la variada fauna que incluye aves marinas como las gaviotas y cormoranes, hacen del Peñón un verdadero santuario natural.
Además, el Peñón de Ifach es un lugar cargado de historia. Se han encontrado restos arqueológicos que atestiguan la presencia humana desde tiempos antiguos, y su cima ha sido testigo de innumerables generaciones que han admirado el mismo paisaje a lo largo de los siglos. Caminar por sus senderos es seguir los pasos de aquellos que, antes que nosotros, encontraron en este lugar una fuente de inspiración y admiración.
Pero eso no es todo. Además de disfrutar de las vistas privilegiadas desde el Parque Natural del Peñón de Ifach, te invitamos a visitar el Mirador de Toix, una de las rutas naturales más hermosas de Alicante. Ubicado en el Morro de Toix, una montaña que se eleva 300 metros sobre el mar y actúa como frontera natural entre los municipios de Calpe y Altea, este mirador te ofrece una experiencia visual inigualable. Desde su cima, podrás contemplar, hacia el norte, una hermosa panorámica del municipio de Calpe, la bahía de Moraira, la Cumbre del Sol de Benitachell, el Parque Natural del Montgó e incluso, en días despejados, divisar la isla de Ibiza. Hacia el sur, tus ojos se deleitarán con vistas al Puerto Deportivo Marina Greenwich, la ciudad de Altea y los rascacielos de la vibrante ciudad de Benidorm.
Calpe, un destino que combina la belleza natural con una rica historia, se encuentra estratégicamente ubicado en la costa mediterránea, lo que le confiere una ubicación privilegiada para disfrutar de sus 13 kilómetros de litoral. Este tramo de costa es un verdadero paraíso para los amantes del sol y el mar, ofreciendo una variedad de paisajes que van desde amplias playas de arena fina y dorada hasta acantilados escarpados y pequeñas calas escondidas que invitan a descubrir la serenidad de sus aguas cristalinas. Estas aguas, de un deslumbrante color azul turquesa, reflejan la tranquilidad del Mediterráneo y crean un contraste espectacular con el dorado de las arenas que las bordean.
Todo esto se desarrolla bajo la majestuosa presencia del Peñón de Ifach, un imponente monolito de roca que se alza a 332 metros sobre el nivel del mar. Este símbolo icónico de Calpe no solo ofrece un refugio natural para una rica diversidad de flora y fauna, sino que también divide la ciudad en dos bahías, dotándola de un carácter único. El Peñón de Ifach es, además, un atractivo para los amantes del senderismo y la escalada, quienes encuentran en sus empinadas laderas un desafío gratificante que culmina con vistas panorámicas impresionantes de la costa y el horizonte marino.
A los pies del Peñón se extienden las principales playas urbanas de Calpe, como la Playa de la Fossa y la Playa del Arenal-Bol, ambas de arena dorada y aguas tranquilas, perfectas para disfrutar en familia. Estas playas, bien equipadas con servicios y comodidades, se convierten en el epicentro de la vida veraniega, atrayendo tanto a turistas como a locales que buscan relajarse y disfrutar de la belleza natural que Calpe tiene para ofrecer. Con su mezcla de paisajes costeros y el imponente telón de fondo del Peñón de Ifach, Calpe es un destino que captura la esencia del Mediterráneo en su forma más pura y atractiva.
Una de las playas más populares de Calpe es la Playa del Arenal, una extensión de más de 1 kilómetro de arena fina y dorada que se despliega bajo el sol mediterráneo. Sus aguas cristalinas y tranquilas la convierten en un destino favorito para los visitantes, quienes disfrutan de un entorno idílico para relajarse, nadar y tomar el sol. Pero la Playa del Arenal no es solo un lugar para descansar, sino que también ofrece un animado paseo marítimo que rebosa vida y actividad. A lo largo de este paseo, encontrarás una amplia variedad de restaurantes, cafeterías, y tiendas, que satisfacen todas tus necesidades y te invitan a disfrutar de la gastronomía local mientras te deleitas con las vistas al mar.
Durante los meses de verano, la Playa del Arenal se adapta aún más para recibir a todos sus visitantes, ya que cuenta con una zona especialmente diseñada para facilitar el acceso al baño a personas con movilidad reducida. Esta playa inclusiva es un ejemplo del compromiso de Calpe con la accesibilidad y la hospitalidad, haciendo que cada visitante se sienta bienvenido y cómodo.
Por otro lado, la Playa Cantal Roig ofrece una experiencia diferente pero igualmente encantadora. Ubicada junto al puerto pesquero, esta pequeña y tranquila playa es un refugio perfecto para quienes buscan un ambiente más sereno y familiar. Su nombre proviene de una distintiva roca de color rojo que se encuentra frente a ella, añadiendo un toque pintoresco al paisaje. Aunque más recogida en tamaño, la Playa Cantal Roig no carece de atractivos; de hecho, su proximidad al puerto la convierte en un lugar ideal para disfrutar de productos frescos del mar. Los alrededores de la playa están salpicados de restaurantes que ofrecen una gran variedad de platos de pescado y marisco recién capturado, permitiéndote saborear lo mejor de la cocina local mientras disfrutas de la brisa marina.
Ambas playas, con sus propias características únicas, capturan la esencia de Calpe y ofrecen a los visitantes la oportunidad de experimentar la costa mediterránea en todo su esplendor, ya sea en un ambiente animado y vibrante o en un entorno más tranquilo y familiar.
Otro rincón encantador de Calpe es la Playa Puerto Blanco, una pequeña playa de arena gruesa situada junto al antiguo puerto deportivo Puerto Blanco. Sus aguas tranquilas y la disponibilidad de servicios la convierten en un lugar con un encanto especial.
Para los amantes de la naturaleza y la pesca, la Cala Les Urques es una parada obligatoria. Situada a los pies de un acantilado en la urbanización Maryvilla, esta cala de piedra se encuentra junto al puerto deportivo Puerto Blanco y es una de las favoritas de los visitantes de Calpe.
Por último, los Baños de la Reina te invitan a sumergirte en la historia, transportándote a más de 2000 años atrás. Este yacimiento arqueológico, ubicado junto a las salinas de Calpe, es un lugar donde la historia y la naturaleza se entrelazan de manera única. Compuesto por una serie de piscinas artificiales excavadas en la roca, así como por galerías y túneles acuáticos, los Baños de la Reina son una obra maestra de la ingeniería romana. En su época, estas estructuras fueron creadas por una adinerada familia romana como una piscifactoría destinada al cultivo de pescado, un lujo que solo los más ricos de la sociedad podían permitirse.
Hoy en día, estas antiguas piscinas se han convertido en un atractivo turístico excepcional, permitiendo a los visitantes nadar en aguas cristalinas rodeados por las ruinas de este impresionante yacimiento. Sumergirse en estas aguas es mucho más que una simple actividad recreativa; es una oportunidad para conectar con la historia, sentir la presencia del pasado y apreciar la ingeniosidad de la civilización romana. Los Baños de la Reina no solo son testigos de un antiguo palacio romano que una vez dominó el paisaje, sino también de las vidas y las historias que se desarrollaron en torno a este sitio.
Además de las piscinas artificiales que le han otorgado tanta fama, en el yacimiento se pueden observar los restos de otras estructuras, como muros y pavimentos que formaban parte del palacio y de las instalaciones anexas. Estas ruinas han sido objeto de diversas investigaciones arqueológicas, que han revelado detalles fascinantes sobre la vida en la Calpe romana. Explorar los Baños de la Reina es, por lo tanto, una experiencia que va más allá de lo visual; es una inmersión en el legado cultural y arquitectónico de una época que, aunque distante en el tiempo, sigue viva en estos rincones históricos.
Visitar los Baños de la Reina es una actividad imprescindible para cualquier amante de la historia y la arqueología. Es un lugar donde cada roca, cada piscina y cada túnel cuenta una historia, permitiéndote vivir una experiencia única mientras te sumerges, literalmente, en la historia de Calpe.