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  • Briviesca, un encantador municipio del norte de la provincia de Burgos en Castilla y León, no solo es la capital de la comarca de La Bureba, sino también un testimonio viviente de la historia y la cultura de España. Con una población de seis mil habitantes, esta localidad se erige como un punto de encuentro entre la tradición y la modernidad, ofreciendo a sus visitantes un viaje a través del tiempo.

    La historia de Briviesca se remonta al siglo I a.C., cuando los autrigones, un antiguo pueblo prerromano, establecieron aquí su capital. Esta región, rica en recursos y estratégicamente ubicada, se extendía por toda la comarca de La Bureba y el valle superior del Ebro. Con la llegada de los romanos, Briviesca, conocida entonces como Virovesca, se convirtió en un importante núcleo de población, situada en la encrucijada de dos vías romanas esenciales para el comercio y la comunicación. Esta importancia queda reflejada en el Itinerario de Antonino, donde se menciona a Virovesca como una mansio romana, un lugar de descanso para los viajeros de la época.

    Durante la Edad Media, el crecimiento de Briviesca fue impulsado por el auge del Camino de Santiago. La vía de Bayona, que conectaba con la calzada romana XXXIV o Vía Aquitania, a la altura de San Millán, formaba parte del origen del famoso Camino Francés. Esta ruta no solo trajo peregrinos, sino también prosperidad y desarrollo a la región, consolidando a Briviesca como un importante centro de comercio y cultura.

    El Renacimiento marcó el período de mayor esplendor para Briviesca, una época en la que la ciudad floreció tanto en términos económicos como arquitectónicos. Hoy en día, su estratégica ubicación a medio camino entre Miranda de Ebro y Burgos, en las rutas que conectan Francia con Madrid y África, así como Francia con Portugal, tanto por vía férrea como por carretera (N-I y AP-1), ha seguido favoreciendo su desarrollo industrial y comercial.

    Briviesca no solo es rica en historia, sino también en patrimonio cultural. Sus amplios espacios verdes y su conjunto monumental son un deleite para los visitantes. Entre los tesoros arquitectónicos se encuentran la Colegiata de Santa María la Mayor, una joya del Renacimiento; el Monasterio de Santa Clara, con su impresionante claustro gótico y uno de los retablos más importantes de España; y la plaza Mayor, típica castellana, rodeada de casas y palacios históricos que cuentan historias de un pasado glorioso. A poca distancia se encuentra el santuario de Santa Casilda, un lugar de peregrinación y devoción que añade un toque espiritual al paisaje cultural de Briviesca.

    El Polígono Industrial "La Vega" ha sido un pilar económico para Briviesca desde la década de 1970. Aunque en la actualidad se compone principalmente de pequeñas industrias y naves de almacenaje dedicadas a la fabricación de aperos de labranza, sigue siendo un motor económico crucial. Esta actividad industrial ha permitido que Briviesca experimentara un crecimiento poblacional significativo.

    El origen del nombre Briviesca es incierto, aunque parece tener raíces protoindoeuropeas, significando "lugar, cabeza o capital de región" o "centro o residencia del jefe". Las primeras menciones a Briviesca aparecen en la Historia Natural de Plinio el Viejo y en la Geografía de Ptolomeo en el siglo II, así como en el Itinerario de Antonino en el siglo III y la Tabla de Peutinger, donde se la cita como Virovesca, una encrucijada de dos vías de primer orden dentro de la Península Ibérica.

    Geográficamente, Briviesca se encuentra a 44 kilómetros de Burgos, enclavada en el valle del río Oca, entre montes y terrenos más llanos. La ciudad actual data del siglo XIV, cuando fue trasladada desde los montes cercanos a su emplazamiento actual por orden de Blanca de Portugal, nieta de Alfonso el Sabio. Este traslado, motivado por la necesidad de facilitar el acceso y mejorar la comunicación comercial, dio lugar a la característica trama urbana ortogonal, que ha valido a Briviesca el apodo de "la bien trazada".

    Briviesca, con su rica herencia histórica y cultural, sus encantos arquitectónicos y su vibrante vida económica, sigue siendo un faro de la historia española y un destino fascinante para aquellos que buscan sumergirse en el pasado mientras disfrutan de las comodidades del presente.

    Briviesca se erige como un verdadero tesoro en el norte de la provincia de Burgos, donde la historia milenaria se entrelaza armoniosamente con la vitalidad contemporánea. Desde sus orígenes prerromanos hasta su esplendor renacentista y su importancia moderna como núcleo industrial y comercial, la ciudad ofrece una riqueza cultural y patrimonial inigualable. Sus monumentos, espacios verdes y su trama urbana histórica invitan a los visitantes a un viaje fascinante a través del tiempo. Briviesca, con su estratégica ubicación y su encanto atemporal, continúa siendo un punto de encuentro esencial para quienes buscan explorar la profundidad y la diversidad del patrimonio español, haciendo de cada visita una experiencia única e inolvidable.