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  • Bienvenidos a Villava, conocida cooficialmente en euskera como Atarrabia. Esta encantadora villa, situada en la Comunidad Foral de Navarra, te espera con su rica historia, su vibrante cultura y su entorno natural único. A solo 4 km al noreste de Pamplona, Villava forma parte de su área metropolitana y es una puerta de entrada a la capital navarra.

    Fundada en 1184 por el rey navarro Sancho VI el Sabio, Villava tiene sus raíces en la Edad Media. A lo largo de los siglos, la villa ha sido testigo de importantes eventos históricos, desde las guerras napoleónicas hasta las carlistas. En el siglo XIX, Villava se industrializó con la instalación de la industria papelera, atrayendo fábricas de madera, cartón y licores. La evolución de su nombre, desde Villa Nova hasta Villava, refleja su profunda conexión con la cultura euskera, adoptando el nombre de Atarrabia como su denominación en euskera.

    El Camino de Santiago, en su ruta francesa, ha dejado una huella imborrable en Villava. Situada a 35 km de Roncesvalles, Villava es el segundo punto de descanso de los peregrinos antes de llegar a Pamplona. Desde tiempos medievales, esta pequeña localidad ha sido testigo del incesante flujo de viajeros que, con fe y determinación, atraviesan su territorio en busca de la espiritualidad que ofrece el Camino. El moderno Albergue de Villava, a orillas del río Ulzama, ofrece un refugio perfecto para los caminantes. Aquí, los peregrinos pueden disfrutar del núcleo histórico de Villava, con su Calle Mayor que conserva el encanto medieval del antiguo camino de peregrinación, una vía que ha sido recorrido por miles de personas a lo largo de los siglos. Esta calle, llena de historia y vida, permite a los visitantes conectar con el pasado mientras se adentran en la atmósfera serena y acogedora de Villava.

    Villava, el municipio más pequeño de Navarra con solo 1 km², se destaca por su alta densidad de población y su vibrante vida comunitaria. A pesar de su tamaño reducido, Villava es un lugar lleno de energía y dinamismo, donde sus habitantes han sabido preservar un fuerte sentido de identidad y comunidad. Limitando con Pamplona, Burlada, Ezcabarte y Huarte, Villava ofrece una ubicación estratégica para explorar la región. Su cercanía a la capital navarra lo convierte en un punto ideal para quienes desean disfrutar de la tranquilidad de un pequeño municipio sin renunciar a las ventajas de la proximidad urbana.

    El río Ulzama, que atraviesa la villa, no solo añade belleza al paisaje, sino que también ha sido un testigo silencioso de su historia. Este curso de agua ha jugado un papel crucial en el desarrollo de Villava, desde la antigüedad hasta el presente, proporcionando recursos y siendo un punto de referencia para sus habitantes. A lo largo de sus orillas, se pueden encontrar espacios verdes y rutas de paseo que invitan a la contemplación y al disfrute de la naturaleza. El Ulzama, con su corriente suave, refleja la calma y serenidad que caracterizan a Villava, convirtiéndose en un símbolo del equilibrio entre la vida moderna y las raíces históricas de este encantador municipio navarro.

    Villava cuenta con un patrimonio cultural rico y diverso. Desde sus monumentos históricos hasta sus festivales y tradiciones, la villa ofrece una amplia gama de experiencias culturales. La revitalización del nombre Atarrabia ha reforzado la identidad cultural euskérica de la comunidad, integrando la modernidad con la tradición.

    A orillas del río Ulzama, junto a un pintoresco puente medieval de seis arcos, se encuentra el Albergue de Peregrinos, gestionado por los Hermanos Maristas. Este lugar, con una rica historia que se remonta a siglos atrás, ha servido como un refugio espiritual y físico para los viajeros del Camino de Santiago durante generaciones. Antiguamente, este sitio albergaba una ermita dedicada a la Santísima Trinidad, un convento y un hospital para peregrinos, funciones que reflejan su importancia como un lugar de descanso y atención para los caminantes. Aunque el edificio ha sido reformado a lo largo del tiempo, aún conserva el ábside románico de la iglesia original del siglo XIII, un vestigio de su pasado medieval. Este ábside, dividido en cinco lienzos por contrafuertes y coronado con una bóveda de horno, ofrece a los visitantes una conexión tangible con la historia sagrada del lugar. Este conjunto histórico, aunque modificado por el paso de los años, sigue siendo un rincón de paz y espiritualidad, invitando a la reflexión y al descanso en un entorno cargado de significado.

    Situada junto al Ayuntamiento, la Iglesia de San Andrés es otro de los monumentos destacados de Villava. Su construcción, iniciada en estilo renacentista a mediados del siglo XVI, marca una etapa importante en la evolución arquitectónica de la localidad. Aunque el edificio actual data de la segunda mitad del siglo XX, la iglesia ha sido un testimonio continuo de la fe y la historia del municipio. En su interior, se conserva la Capilla de la Soledad, una estructura circular realizada a finales del siglo XVIII, que añade un toque de antigüedad y reverencia al conjunto. Esta capilla, con su diseño sobrio y su atmósfera solemne, es un reflejo de las tradiciones religiosas que han perdurado en Villava a lo largo de los siglos. La Iglesia de San Andrés, con su combinación de elementos antiguos y modernos, encapsula la rica herencia cultural y espiritual de Villava, convirtiéndola en un lugar de visita obligada para quienes deseen conocer más sobre la historia religiosa de la región.

    El edificio que alberga la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario comenzó su vida como el casino "Besta Jira" en 1911, antes de ser adquirido por los Dominicos en 1915 para convertirlo en colegio y seminario. La capilla de Nuestra Señora del Rosario, restaurada por los Dominicos, destaca por sus hermosas vidrieras y una talla en madera de la Virgen del Rosario, obra del dominico villavés Domingo Iturgaiz.

    Este monumento, una columna toscana de 2,24 metros de altura, data del siglo XV o XVI y simboliza la libertad comunal y jurisdiccional de Villava. En 1990, el Rollo fue restaurado y devuelto a su ubicación original, donde contribuye a la ornamentación del centro de la villa.

    Construida en 1912 por el arquitecto José Yárnoz, la Escuela de Peritos Agrícolas es un importante ejemplo de la arquitectura educativa de principios del siglo XX. Su historia está ligada a la celebración del Congreso Nacional de Viticultura, conmemorando el VII Centenario de la batalla de las Navas de Tolosa.

    Las calles Mayor y Serapio Huici son testigos de la época dorada de Villava, al albergar varios palacetes y edificios históricos que datan de principios del siglo XX. Entre ellos, destaca el Besta Jira, un edificio que, en su esplendor original, sirvió como casino-restaurante, convirtiéndose en un punto de encuentro para la alta sociedad de la época. Posteriormente, este bello edificio albergó un colegio dominico, reflejando los cambios en la utilidad de las estructuras que acompañaron el desarrollo de la localidad. La arquitectura de estos palacetes, con su elegancia y detalles ornamentales, es un recordatorio de la historia burguesa e industrial que marcó el crecimiento de Villava, dejando un legado cultural y arquitectónico que aún puede admirarse en sus calles.

    Dentro del encantador paseo fluvial del río Arga, un recorrido que invita a disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad del entorno, se encuentra El Batán, un molino cuya historia se remonta a más de diez siglos. Este molino, testigo del paso del tiempo y de la evolución industrial de la región, ha sido restaurado con esmero para preservar su valor histórico. Hoy en día, El Batán ha sido transformado en un museo, sirviendo también como la sede del paseo fluvial. Gestionado por la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, este museo ofrece a los visitantes una ventana única a la historia industrial y natural de la región, mostrando cómo las técnicas tradicionales de molienda se integraban en la vida cotidiana de la comunidad. El Batán no solo es un monumento histórico, sino también un símbolo de la interacción armoniosa entre el desarrollo humano y el entorno natural que caracteriza a Villava.

    Villava es una joya escondida a las puertas de Pamplona. Ya sea que estés recorriendo el Camino de Santiago, explorando la rica historia de Navarra o simplemente buscando un lugar con encanto y hospitalidad, Villava te ofrece todo esto y más. Ven y descubre por ti mismo la magia de esta villa navarra, donde la historia, la cultura y la naturaleza se encuentran en perfecta armonía.