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• Datos de Puente la Reina

Puente la Reina, conocida también como Gares en euskera, emerge como un punto crucial en el mapa de Navarra, donde convergen historia, naturaleza y espiritualidad. Situada estratégicamente en el corazón de la Comunidad Foral, esta villa de encanto singular se encuentra a solo 22 kilómetros al sur de Pamplona, acariciada por el río Arga y custodiada por la majestuosa Sierra del Perdón.

El nombre de Puente la Reina evoca la misteriosa figura de una reina anónima, quien, según la tradición, ordenó la construcción del emblemático puente románico que atraviesa el río Arga en el siglo XI. La leyenda sugiere que esta monarca pudo haber sido Muniadona de Castilla o Estefanía, la esposa del rey García el de Nájera. Sin embargo, la etimología del nombre sigue siendo un enigma, con teorías que van desde la relación con el antiguo nombre vasco del río Arga, Runa, hasta la posible conexión con la palabra vasca "gari", que significa trigo, en alusión a los campos de cultivo que rodean la villa.

Hoy en día, Puente la Reina es mucho más que un cruce de caminos. Es un lugar de peregrinación para los miles de peregrinos que recorren el Camino de Santiago, donde las calles empedradas cuentan historias de siglos de tradición y devoción. Los habitantes, conocidos como puentesinos, conservan con orgullo su identidad cultural y su conexión con la tierra que los rodea.

La geografía diversa de Puente la Reina ofrece un paisaje pintoresco, donde las terrazas fluviales y las montañas crean un escenario impresionante. Los cultivos de cereal, vid y olivo pintan el horizonte con tonos dorados, mientras que el reciente Canal de Navarra trae consigo la promesa de un futuro próspero para la agricultura local. Los ríos Robo y Salado serpentean por el valle, refrescando la tierra y alimentando la vida que florece en cada rincón.

Con un clima mediterráneo templado y unas precipitaciones anuales moderadas, Puente la Reina es un destino ideal durante todo el año. Ya sea explorando su patrimonio arquitectónico, saboreando la deliciosa gastronomía local o simplemente disfrutando de la serenidad de su entorno natural, esta villa encantadora ofrece una experiencia inolvidable para todos aquellos que se aventuren a descubrir sus secretos.

Puente la Reina, como testigo de siglos de historia y devoción, alberga un impresionante patrimonio que narra las crónicas de su pasado glorioso. Entre sus tesoros religiosos, destaca la majestuosa Iglesia Parroquial de Santiago, cuyas paredes resguardan una talla románica en madera del apóstol Santiago el Mayor, conocida cariñosamente como "Beltza" debido al hollín que la cubría al ser descubierta. En su interior, un rico retablo barroco y tibores chinos de la dinastía Ming dan testimonio de la diversidad de influencias que han marcado esta tierra.

La Iglesia del Crucifijo, de la Orden de Malta y posteriormente de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús, cautiva con su magnífico Cristo gótico de origen germánico, una obra que despierta la admiración de propios y extraños. Mientras tanto, la Iglesia de San Pedro guarda la leyenda de la Virgen "del Txori", un icono venerado por su conexión con una antigua historia del siglo XIX.

En el ámbito civil, el puente románico sobre el río Arga se erige como un símbolo imponente de la villa, cuyos arcos ancestrales han sido testigos del paso de peregrinos y viajeros a lo largo de los siglos. Este puente, construido en el siglo XI por orden de doña Mayor o doña Estefanía, esposas de reyes navarros, aún conserva su esencia histórica y religiosa, evocando tiempos pasados de fervor y devoción.

La muralla medieval, con sus torreones imponentes, rodea el casco histórico, como guardiana silenciosa de los secretos de antaño. La Casa del Vínculo, de estilo italiano, y el Palacio del Patrimonial, residencia del Fiscal defensor del patrimonio del Rey de Navarra, añaden un toque de elegancia y sofisticación a la arquitectura local.

Entre los restos del Fuerte Infanta Isabel y el palacio real de la Grana, se entreteje la historia de Puente la Reina, una narrativa que se despliega en cada calle adoquinada y cada rincón de esta villa encantadora, recordándonos que su legado perdurará por generaciones venideras.

Puente la Reina se alza como un destino único en la Comunidad Foral de Navarra, donde la historia y la religión convergen en un crisol de influencias que ha forjado su identidad a lo largo de los siglos. Sus iglesias románicas, sus puentes centenarios y sus murallas medievales son testigos mudos de un pasado glorioso, mientras que sus calles empedradas y sus palacios históricos invitan a perderse en el encanto de tiempos pasados. Puente la Reina, con su rica herencia cultural y su belleza arquitectónica, cautiva a viajeros y peregrinos por igual, prometiendo una experiencia inolvidable impregnada de tradición y autenticidad.